Espacio público y COVID-19

Espacio público y COVID-19

 


 

 

María Helena Luengo
Doctorado en Energía y medio ambiente de la arquitectura
Universidad Politécnica de Cataluña
Docente

 

 


El COVID-19 ha cambiado drásticamente el estilo de vida urbano. Luego de casi un año de que se impusieran las primeras restricciones en el uso del espacio público es posible evaluar la respuesta de las personas al encierro prolongado. En este sentido, se pueden destacar las fluctuaciones entre períodos de confinamiento extremo por temor al contagio a períodos de uso arriesgado de los espacios públicos. Esta situación ha conducido a repuntes en el contagio. El confinamiento ha generado un aumento en los problemas de salud mental. En los últimos meses se han reportado altas tasas de pensamientos suicidas y síntomas graves de angustia, depresión, ansiedad yestrés (Gao et al., 2020; Rajkumar, 2020; Torales, O’Higgins, Castaldelli-Maia, & Ventriglio, 2020). La necesidad de disfrutar del espacio público ha conducido a que las personas intenten evadir las restricciones impuestas por los gobernantes para evitar el contagio. Un estudio de la Universidad de Granada muestra que el paseo de perros, actividad permitida durante el confinamiento, aumentó un 78% el contagio del COVID en España (Rodríguez & Barranco et al., 2021)Situaciones similares han ocurrido en distintas partes del mundo.

Parque Ventana al Mar. Imagen suministrada por la autora.

Las flexibilizaciones en las restricciones de confinamiento han demostrado que las personas están dispuestas a arriesgarse para disfrutar del espacio público y de actividades de socialización, lo que conduce a pensar en la necesidad de buscar nuevas vías que permitan el uso controlado de los espacios abiertos sin riesgo de contagio. Esto implica una redefinición de las cualidades del espacio público en función de los nuevos estándares de prevención que impone la pandemia. La comunidad científica ha advertido que el COVID-19 no es la última pandemia a la que se enfrentará la humanidad, así como tampoco ha sido la primera. En la línea del tiempo de pandemias históricas, las enfermedades y dolencias han plagado a la humanidad desde los primeros días. La transición de las comunidades agrarias a la urbanización e industrialización provocó un aumento drástico en lapropagación de enfermedades, y si bien se ha avanzado mucho en la higienización de las ciudades, aún falta camino por recorrer.

Parque Ventana al Mar. Imagen suministrada por la autora.

La arquitectura del movimiento moderno con sus fachadas lisas y espacios iluminados y ventilados contribuyó a combatir enfermedades como la tuberculosis. En 1933, Alvar Aalto junto a su entonces esposa Aino construyeron el Sanatorio Paimio, una instalación para el tratamiento de la tuberculosis en el suroeste de Finlandia. Un edificioestrictamente geométrico, de largas paredes y amplias ventanas, habitaciones de color claro y una amplia terraza, todas las características de lo que en la actualidad se conoce como arquitectura modernista, el cual surgió en los años veinte con la obra de la Bauhaus en Alemania y Le Corbusier en Francia. El diseño, así como la elección de los materiales para el Sanatorio Paimio, más que seguir una moda perseguían funcionar como un instrumento médico, ya que la tuberculosis era una de las principales preocupaciones sanitarias del siglo XX. Cada decisión de diseño del Paimio fue producto de la intención de promover la recuperación (“How the Coronavirus Will Reshape Architecture. The New Yorker,” n.d.)

En el último año el mundo se ha enfrentado a una enfermedad en la que la configuración de sus espacios es clave en su propagación. En esta oportunidad las casas son los espacios que aportan mayor seguridad, siendo los espacios públicos y el transporte colectivo los que representan mayor peligro. Ante esta situación se plantea la importancia de incorporar nuevos indicadores de sostenibilidad de los espacios públicos en los que el factor seguridad forme parte, de manera que tanto las necesidades de esparcimiento a aire libre como de transportaciónpública puedan ocurrir sin riesgo al contagio. El espacio público podría cumplir, así como lo hizo la arquitectura de principios de siglo XX, un papel sanador si se garantizan las medidas necesarias para evitar la propagación. Este papel sanador estaría orientado a atender aspectos tanto emocionales como físicos relacionados directa oindirectamente con la pandemia, como son los problemas mentales y el déficit de absorción de algunas vitaminas debido al confinamiento prolongado y la carencia de exposición al sol.

Plaza Antonia Quiñones. Imagen suministrada por la autora.

En distintas partes del mundo han surgido iniciativas para garantizar el uso seguro del espacio público, no obstante, habría que pensar en propuestas estructuradas e indefectibles. Algunas de ellas podrían ser: la incorporación de dispensadores para higiene de manos en parques, el uso de marcas en el suelo para garantizardistanciamiento social, paneles informativos sobre formas de evitar el contagio, código Qr para acceder ainformación o realizar gestiones y restricciones de uso en función del número de personas. El espacio público es el lugar de inclusión por excelencia, es donde se dan los procesos de identificación con la ciudad, es el lugar de juego, deporte y recreación. El espacio público propicia la sensación de libertad mediante el contacto con lanaturaleza, la exposición a los rayos solares y la amplitud. Para muchos habitantes de la ciudad que viven confinados en pequeños departamentos es también una extensión del hogar, por tanto, su restricción implica grandes sacrificios. Por lo que una pandemia prolongada y la incertidumbre de la aparición de nuevas pandemias invita a su redefinición en pro de la salud mental y física de las personas y la sociedad.


Bibliografía y referencias digitales

 Gao, J., Zheng, P., Jia, Y., Chen, H., Mao, Y., Chen, S., … Dai, J. (2020). Mental health problems and social media exposure during COVID-19 outbreak. PLoS ONE. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0231924

How the Coronavirus Will Reshape Architecture | The New Yorker. (n.d.). Retrieved November 27, 2020, from https://www.newyorker.com/culture/dept-ofdesign/how-the-coronavirus-will reshape-architecture Rajkumar, R. P. (2020).

COVID-19 and mental health: A review of the existing literature. Asian Journal of Psychiatry. https://doi.org/10.1016/j.ajp.2020.102066 Rodríguez-Barranco, M., Rivas-García, L., Quiles, J. L., Redondo-Sánchez, D., Aranda-Ramírez, P., Llopis-González, J.,… Sánchez-González, C. (2021).

The spread of SARS-CoV-2 in Spain: Hygiene habits, sociodemographic profile, mobility patterns and comorbidities. Environmental Research, 192, 110223. https://doi.org/10.1016/J.ENVRES.2020.110223 Torales, J., O’Higgins, M., Castaldelli-Maia, J. M., & Ventriglio, A. (2020).

The outbreak of COVID-19 coronavirus and its impact on global mental health. International Journal of SocialPsychiatry. https://doi.org/10.1177/0020764020915212